Cuando estés cerca del agua, debe haber un adulto cerca. Ese adulto debe vigilarte. Pregunta antes de acercarte al agua.
Si puedes, aprende a nadar. Saber nadar te mantiene a salvo en el agua.
Cada alberca y cada masa de agua es diferente. Tienen profundidades diferentes. Tienen temperaturas diferentes. Puede haber olas o corrientes. Puede haber rocas u otros objetos. Pregunta sobre los peligros. Pregunta si necesitas un chaleco salvavidas.
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